REDUCCIÓN DE MAMAS
Unas mamas grandes pueden aparecer en dos situaciones básicas:
- Por hiperplasia mamaria. Excesivo desarrollo durante la pubertad, sobre todo por crecimiento de su componente glandular.
- Por hipertrofia mamaria. Aumento de volumen a lo largo de la vida de la paciente por cambios hormonales y de peso, sobre todo a costa de acúmulo de grasa.
Cuando las mamas tiene un tamaño extremo hablamos de gigantomastia.
Las mamas grandes suelen asociarse a areolas grandes y a su descolgamiento por su elevado peso (ptosis mamaria). Además, puede existir dolor referido en cuello, espalda y hombros y molestias por las marcas de los tirantes en los hombros y por la irritación del surco submamario.
El tamaño ideal de las mamas no es un valor absoluto. Debe considerarse siempre la complexión física de la mujer. Además, hay factores raciales, culturales, personales e incluso modas que condicionan este concepto.
Mamoplastia de reducción
Es aquella intervención quirúrgica que permite reducir el volumen de las mamas. No existe una única técnica quirúrgica descrita y se diseña para cada caso particular. Pero siempre tienen dos objetivos:
- Modela la glándula: reduce su tamaño, mejorando su forma y la eleva a su posición ideal (mastopexia). También puede cambiar el tamaño de la areola, que muchas veces aparece dilatado.
- Recorta el exceso de piel ajustando su tensión alrededor de la glándula.
Según el patrón de corte del excedente cutáneo, las técnicas de reducción de mama se clasifican en:
- Reducción mamaria con cicatriz vertical: la cicatriz rodea la areola y se prolonga verticalemente hasta llegar al surco submamario.
- Reducción mamaria con cicatriz en forma de letra T invertida: se añade también una cicatriz horizontal que sigue a todo lo largo el surco submamario.
Cuando tratamos hipertrofias mamarias extremas (gigantomastia) se prefiere extirpar completamente el complejo areola-pezón de la mama original y, cuando la reducción esté hecha, coserlo en su nueva posición a modo de injerto. Es la llamada técnica de reducción mamaria con injerto libre de areola y pezón. Su consecuencia principal es que se pierde la sensibilidad de la areola y pezón pero se asegura el resultado.
Toda reducción mamaria se realiza bajo anestesia general y se recomienda un ingreso en clínica de 24 horas. Esta cirugía se practicará cuando se haya completado el desarrollo mamario, hacia los 18 años de edad.
Limitaciones de la reducción de mamas
La forma y el tamaño de las mamas previas a la cirugía pueden influir en el resultado final. Una asimetría previa puede ser difícil de corregir completamente con una reducción de mamas.
La mamoplastia de reducción no cambia la naturaleza de la mama ni detiene el proceso natural de envejecimiento de la misma. Por ello, mamas formadas por tejidos laxos y pieles estriadas están más predispuestas a descolgamientos secundarios.
Tras su reducción, el resultado es estable excepto que la paciente aumente de peso. En algunas mujeres jóvenes puede suceder un nuevo crecimiento de su glándula, pero es poco frecuente (hiperplasia mamaria virginal).