La oreja, que recibe también el nombre de pabellón auricular, es la parte más externa del aparato auditivo y participa en la captación de los sonidos, dirigiendo las ondas sonoras hacia el interior. En los humanos han perdido prácticamente de forma completa su capacidad de movimiento.
Su estructura está formada por un esqueleto de cartílago elástico y una cobertura cutánea. El único sitio donde no hay cartílago es en el lóbulo.
La piel que reviste las orejas es muy fina. En su cara anterior está muy adherida al cartílago, permitiendo apreciar los finos relieves de su compleja anatomía.
La parte central del pabellón auricular se llama concha, que da paso al conducto auditivo externo en su porción más profunda. Al relieve más externo de la oreja se le llama hélix y al relieve interno en forma de "Y" se le llama antehélix.
Lo importante de las orejas es que presenten una forma natural y, sobre todo, una proyección simétrica y no excesiva en la visión de frente.
La otoplastia estética es la intervención quirúrgica que se realiza sobre las orejas para cambiar su forma y su proyección.
La indicación principal es el tratamiento de las orejas prominentes, problema congénito que consiste en su excesiva separación de la cabeza. Por orden de frecuencia, sus causas fundamentales son:
- Un defecto en la plicatura del antehélix, que hace parecer a las orejas prominentes sobre todo en su tercio superior.
- Excesiva profundidad de la concha auricular, que causa una excesiva proyección del pabellón en su porción media.
- Excesiva proyección del lóbulo de la oreja, que afectaría a la porción más inferior de la misma.
No es extraño que estos tres problemas coexistan en mayor o menor medida.
En general, se aconseja la cirugía a partir de los 6 años de edad, cuando se ha completado prácticamente el desarrollo del pabellón auricular.

En los niños la intervención debe realizarse bajo anestesia general. En los adultos puede practicarse bajo anestesia local y de forma ambulatoria.
La incisión quirúrgica se coloca en la cara posterior del pabellón auricular.
Cuando el problema es la falta de plicatura del antehélix, se fuerza la formación de este pliegue mediante puntos de sutura estratégicamente colocados. A veces, si el cartílago es muy rígido y no se resiste a ser plegado con las suturas, puede ser necesario debilitarlo o adelgazarlo previamente mediante cortes o un raspado en su cara anterior.
Si el problema radica en una excesiva concavidad de la concha, podremos rebajar su profundidad extirpando el exceso de cartílago. A veces tendremos que extirpar también el exceso de piel residual desde una incisión independiente colocada en la cara anterior del pabellón auricular. Otra técnica posible consiste en forzar hacia atrás la posición de la concha con unos puntos de sutura anclados en el surco retroauricular.
Un lóbulo excesivamente proyectado se corrige forzando su posición hacia atrás también mediante unos puntos de sutura. A veces, debemos complementarlo extirpando una porción de piel.
Los puntos internos están constituidos por un material irreabsorbible que quedarán enterrados de por vida debajo de la piel. Los puntos de piel se retirarán a partir de la semana de la cirugía.
La otoplastia estética cambia la forma pero no el tamaño global de la oreja. Un pabellón auricular grande, en toda o sólo en parte de su anatomía, exigiría para su corrección de la extirpación de fragmentos de tejido en todo su espesor, técnica que siempre dejaría una cicatriz potencialmente más aparente.
Tampoco puede modificar la consistencia del cartílago auricular. Esto es importante puesto que es más difícil cambiar y mantener la forma de cartílagos muy rígidos, siendo causa potencial de fracaso en el resultado buscado (recidiva).
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