La Cirugía Reparadora es aquella parcela de la Cirugía Plástica que trata de restaurar o mejorar la función y el aspecto físico alterados por diferentes patologías. Estas enfermedades pueden estar ya presentes al nacer (congénitas) o desarrollarse a lo largo de la vida (adquiridas).
Entre ellas, cabe destacar las lesiones causadas por accidentes y quemaduras, las originadas en enfermedades y tumores de la piel y en los tejidos de sostén así como las anomalías congénitas, principalmente de cara, manos y genitales.
Sus consecuencias son la pérdida de la función de las partes afectadas (pueden verse diferentes grados de minusvalía física) y los cambios en la autoestima y en las relaciones interpersonales que las cicatrices, deformidades y amputaciones puedan generar. Aunque ambas son muy importantes, el cirujano reparador debe corregir prioritariamente la función y, de forma secundaria, la forma o aspecto físico.