Un hilo tensor es el nombre genérico que reciben todos aquellos hilos diseñados para ser insertados debajo de la piel y que se indican para mejorar la flaccidez de los tejidos.
Con su implantación, la respuesta natural del organismo consiste en la activación de una reacción inflamatoria local pues el hilo es reconocido como un cuerpo extraño. Esto provoca el depósito de fibras de colágeno a lo largo del trayecto del hilo (fibrosis). Como el colágeno es una fibra con capacidad de retracción, es decir, se acorta en su longitud, se consigue un efecto tensor biológico que mejora la flaccidez tisular.
Como la fabricación y el depósito del colágeno es un fenómeno lento, el efecto tensor empezará a notarse a partir del mes y no será estable hasta transcurridos unos tres meses desde la colocación del hilo.
Algunos tipos de hilos se han modificado para conseguir un efecto tensor más intenso e inmediato, gracias a añadir unos puntos de anclaje a lo largo de su longitud que van a actuar como pequeños anzuelos que se irán enganchado eficazmente al tejido a lo largo de su recorrido, provocando así de forma inmediata un efecto tensor mecánico, que se aprecia ya justo tras su colocación.
Aunque siempre están fabricados con materiales biocompatibles, su estructura y composición son variables de unos tipos a otros.
Se diferencian entre sí por el tipo de material con el que se fabrican (PDO o polidioxanona, ácido poliláctico, caprolactona, polipropilieno, oro), por su duración (hilo reabsorbible o irreabsorbible) y según el número de hebras que poseen (monofilamentos y polifilamentos).
En el caso de los hilos con puntos de anclaje, estos pueden adoptar diferentes formas (espiculas, barbas, conos) y disposición (unidireccional, bidireccional, helicoidal).
Según el tipo de hilo y la técnica de colocación, destacan los siguientes:
- Hilos de oro: son suturas permanentes lisas a base de oro. Una marca comercial es el Skin Gold®
- Hilos mágicos: suturas temporales lisas de PDO. Su técnica de aplicación se conoce popularmente como el lifting japonés o coreano, pues es muy popular su uso en Asia. Marcas comerciales son el V-LIFT® (monofilamento de PDO) y el DW® (polifilamento de PDO)
- Hlos APTOS: llamados también Hilos Rusos, fueron introducidos por el Dr Salamanidze. Fueron los primeros hilos con puntos de anclaje usados, que adoptan la forma de espícula. Una marca comercial es el Happy Lift®
- Suturas Silhouette®: son hilos con puntos de enclaje en forma de cono. Hay una variante permanente (Silhouette Lift®) y otra reabsorbible (Shilouette Soft®)
La colocación de los hilos tensores está indicada especialmente para la corrección de los descolgamientos leves a moderados de los tejidos.
A nivel facial, están especialmente diseñados para elevar la cola de la ceja y corregir la flaccidez de la mejilla. También permiten mejorar el descolgamiento del cuello y definir mejor el reborde mandibular.
Se han aplicado los hilos para mejorar la flaccidez de otras zonas, como la cara interna de brazos y muslos, las mamas o el abdomen, con resultados variables.
En condiciones normales, este tratamiento se realiza en la consulta.
Es fundamental comenzar definiendo las áreas a tratar y establecer la dirección en la que se introducirán los hilos, según el objetivo a conseguir. Se definen así diferentes patrones de inserción. Habitualmente se insertan varios hilos por lado pues difícilmente un solo hilo consigue el resultado deseado. Cuando usamos hilos sin puntos de anclaje pueden ser necesarios implantar 10-20 hilos/lado, formando una retícula o red. En cambio, cuando usamos hilos con puntos de anclaje, pueden bastar con 2-3 hilos/lado siguiendo las líneas de tracción deseadas.
Después de desinfectar la zona, se aplica anestesia local en los puntos de entrada y salida de los hilos.
Cuando usamos hilos sin puntos de anclaje, su inserción se realiza con la ayuda de agujas de fino calibre que están enhebradas en sus extremos. Por lo tanto, el tratamiento se hace percutáneamente, por punción simple.
Cuando usamos hilos con puntos de anclaje, después de su introducción se aplica tracción en sus extremos para conseguir que el hilo se enganche en el tejido y conseguir así un efecto de tensión mecánica inmediata en los tejidos. En casos seleccionados, el punto de entrada del hilo puede ampliarse con un pequeño corte con el bisturí si queremos suturar el extremo del hilo a los tejidos profundos, mejorando así su anclaje y, por tanto, su tensión.
En la primera consulta el cirujano realizará una historia clínica completa, descartando enfermedades generales o medicaciones que esté tomando que pudieran interferir o incluso contraindicar el tratamiento.
El uso de los hilos tensores, como el de cualquier otro implante, está contraindicado en los siguientes casos:
- Sensibilidad conocida a algunos de sus componentes.
- Si existen enfermedades de la coagulación sanguínea como la hemofilia o toma medicamentos que la alteran (ácido acetilsalicílico -Aspirina ®- , heparina, Sintrom®, Plavix ® y otros).
- Infecciones activas de la piel en la zona a tratar.
- Antecedentes de enfermedades conocidas del sistema inmunitario en fase activa o pacientes con tratamiento farmacológico inmunosupresor.
Se desconocen las posibles interacciones de este producto con otros implantes cutáneos que el paciente pudiera tener previamente aplicados en la zona a tratar. No se aconseja, por tanto, mezclar productos en la misma área.
El proceso de envejecimiento no se detiene con la inserción de los hilos tensores.
Además, las suturas pueden no corregir completamente la flaccidez de los tejidos.Con el paso del tiempo, los hilos insertados van perdiendo de forma lenta y progresiva su efecto tensor. Los primeros resultados apuntan a que el resultado se pierde tras los primeros 12-18 meses.