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Implantes inyectables de relleno

Implante inyectable de relleno Doctor Collado

Un implante inyectable de relleno es un producto diseñado para proporcionar volumen a los tejidos blandos.

Aunque hay múltiples tipos en el mercado, hasta hoy no ha aparecido el implante inyectable ideal.

Son datos a valorar su biocompatiblidad (tolerancia), facilidad de inyección, duración del efecto conseguido, naturalidad del resultado y su coste económico.

Esto quiere decir que cada producto tiene sus ventajas e inconvenientes. Es muy importante que el paciente sea conocedor de estos factores para que se pueda elegir el implante más adecuado para su caso.



Es muy útil clasificarlos según dos parámetros: su origen y la duración del efecto conseguido.

Según su origen existen:

  • Implantes biológicos: derivan de animales.
  • Implantes sintéticos: obtenidos por síntesis química en laboratorio.

Según su duración hablamos de:

  • Implantes reabsorbibles (no permanentes).
  • Implantes irreabsorbibles (permanentes).

Los implantes biológicos se componen de moléculas extraídas de tejidos de diferentes animales. Se procesan en el laboratorio para eliminar toda posibilidad de transmitir enfermedades y evitar la sensibilización de la persona a proteínas animales. Algunos, sin embargo, precisan de un test de alergia previo a su aplicación en clínica. Todos ellos son reabsorbibles pues el cuerpo humano es capaz de eliminarlos en más o menos tiempo.

Son ejemplos de implantes biológicos los formados por el colágeno bovino (ZyDerm® y ZyPlast®) y el ácido hialurónico aviar (Hylaform ®).

Los implantes sintéticos se fabrican en laboratorio. Puesto que son de síntesis química no hay reacciones cruzadas con proteínas animales y no tienen que hacerse nunca pruebas previas de alergia. Algunos son reabsorbibles y otros irreabsorbibles. Por su naturaleza sintética pueden generar reacciones inflamatorias a cuerpo extraño que se manifiestan por nódulos inflamatorios en las zonas de aplicación.

Son ejemplos de implantes sintéticos reabsorbibles los constituidos por ácido hialurónico (Restylane®, Juvederm®), ácido poliláctico (Sculptra®) y gel de polisacárido con hidroxiapatita cálcica (Radiesse®).

Son ejemplos de implantes sintéticos irreabsorbibles los formados por poliacrilamidas (Formacryl®, Evolution®, Aquamid®) y polialquilimidas (Bioalcamid®). La silicona líquida es un implante sintético irreabsorbible totalmente prohibido en la actualidad por los graves efectos secundarios que puede provocar.

También hay productos mixtos, que combinan varios componentes de distinta naturaleza. Son ejemplos Artecoll® (colágeno bovino con microesferas de polimetilmetacrilato) y Dermalive® (ácido hialurónico asociado a metilmetacrilato).


Son muchas las aplicaciones encontradas para este tipo de productos. Las más importantes serían:

  • Relleno de arrugas y pliegues cutáneos.
  • Aumento y perfilado de los labios.
  • Modelado de los contornos faciales (pómulos, mentón, reborde mandibular) y corporales.
  • Restitución del volumen facial en casos de atrofia de los tejidos blandos, como ocurre en la hemiatrofia facial (Enfermedad de Romberg) o en las secuelas de tratamientos antirretrovirales en los pacientes con HIV +.
  • Corrección de depresiones cicatriciales.


El tratamiento se hace siempre de forma ambulatoria, en consultorio.

En general vienen dispensados en forma de jeringuilla y, como su nombre indica, se aplican por inyección percutánea. Para minimizar las molestias puede aplicarse una pomada tópica anestésica o precisar de anestesia local. Algunos productos vienen ya asociados a anestésicos.

Según los problemas a tratar, el implante podrá ser inyectado a diferentes niveles de profundidad, pudiéndo quedar alojado en el espesor de la misma piel, en el tejido graso subcutáneo, en el músculo o incluso justo sobre el hueso. Los niveles más superficiales sirven para la corrección de arrugas o pliegues cutáneos más finos y los niveles más profundos para dar volumen a zonas como el mentón y los pómulos.

El mantenimiento de los resultados exige su aplicación periódica. Cuando el implante es reabsorbible, depende de la duración del  mismo (cada 6, 12 ó 18 meses, según el producto). Pero cuando el implante es permanente también suele ser necesario nuevas aplicaciones en un futuro, pues muchas veces el problema a tratar puede seguir evolucionando, como son las arrugas por envejecimiento.


El tratamiento con implantes de relleno está contraindicado en los siguientes casos:

  • Intolerancia o alergia conocida a algunos de los componentes del implante.
  • Si existen enfermedades de la coagulación sanguínea como la hemofilia o toma medicamentos que la alteran (ácido acetilsalicílico -Aspirina ®- , heparina, Sintrom®, Plavix ® y otros).
  • Procesos infecciosos activos en la zona a tratar.
  • Estados de inmunodepresión.
  • Embarazo o lactancia.

Si tiene predisposición al herpes labial se debe hacer una profilaxis antibiótica antes de tratar con implantes los labios.

En general se desconocen las posibles interacciones entre sí de productos diferentes. Si usted tiene un implante inyectable previo debe notificarlo para evitar problemas potenciales si se aplicara otro implante diferente.


Después de inyectar un implante de relleno son de esperar pequeños hematomas en los puntos de punción y una leve reacción inflamatoria local en forma de hinchazón y rojez. Hasta que remita no se aconseja aplicar calor en la zona ni tomar el sol.

Pueden notarse nódulos debajo de la piel por un depósito irregular del producto que normalmente remiten con masajes.

En transtornos bilaterales pueden notarse asimetrías que podrían precisar nuevas aplicaciones del producto en sesiones sucesivas.

Una aplicación inadecuada del implante puede hacer que éste sea visible a través de la piel.

En ocasiones, sobre todo en implantes permanentes, pueden existir reacciones cicatriciales e inflamatorias no deseadas. Éstas pueden manifestarse como nodulaciones frías debajo de la piel que ya no desaparecen con los masajes manuales (granulomas a cuerpo extraño) o como episodios recidivantes de hinchazón y rojez. La resolución de estos problemas no es fácil. Pueden necesitar de la infiltración local con corticoides e incluso un tratamiento antinflamatorio sistémico. Si el problema persiste pudiera tener que plantearse la extirpación del implante mediante cirugía, quedando una cicatriz en la zona a tratar.



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